El edificio se encuentra en un terreno de pequeñas dimensiones en el barrio de Pichincha, en el que a partir del año 2008 con la implementación del “Plan Especial Pichincha”, se preserva el patrimonio histórico, la escala y la densidad del barrio, limitando la altura máxima de edificación en 13mts. De esta manera, el desarrollo urbano acompaña la vocación del barrio como polo cultural. En relación con ello, en los últimos años empezaron a instalarse bares, lugares para comer, locales de diseño, galerías de arte y ferias de antigüedades.
Como primera decisión de proyecto, se aprovechó la altura total permitida generando una altura libre de planta baja de cuatro metros y otorgándole a los pisos superiores una mayor altura interior. A partir de ese despegue sobre planta baja, se avanza en voladizo con el volumen de departamentos un metro más allá de la línea de edificación municipal, generando así la lectura del mismo como un prisma suspendido. De esta manera, se le confiere una espacialidad a la planta baja acorde a la simultaneidad de funciones que aloja (hall ingreso/cocheras/sum/servicios generales) y la hace permeable con el espacio público.
Una característica singular del proyecto es la ubicación del volumen de circulación vertical, como centro y articulador, apoyado sobre la fachada principal; y materializado de manera que sea permeable hacia sus cuatro lados: adelante-atrás (calle pública-departamentos) y arriba-abajo (cielo-ingreso). El acceso a los departamentos se realiza por su balcón al frente siendo éste el área más pública, y permite que la mitad restante del ambiente pueda ir avanzando en privacidad en relación con la profundidad. Eventualmente, el ambiente principal puede compartimentarse mediante paneles corredizos, generando el espacio de dormir. La altura general de los departamentos y la apertura en tres de sus lados, permite mayor conexión con el exterior y mayor ingreso de luz, en la búsqueda de generar amplitud espacial.
El volumen de hormigón visto de la fachada del edificio que aloja balcones de ingreso y palieres, está recubierto con una malla metálica de seguridad (malla sima 15x15cm), con hojas rebatibles para aperturas ocasionales. En la utilización de materiales nobles como los ladrillos comunes vistos para las medianeras y el hormigón armado para fondos de losas, vigas y tabiques, hay una búsqueda de controlar el envejecimiento digno de este tipo de edificios, en donde conviven varias personas, generalmente inquilinos, reduciendo así los gastos de expensas y mantenimiento a futuro.