La casa se encuentra en la zona centro de Rosario, y está flanqueada por viviendas de valor patrimonial. Conforma junto con ellas una fachada urbana catalogada como “patrimonio entorno”. Es un “área de protección histórica tipo b”: se diferencian dentro del tejido por presentar una conformación morfológica homogénea, del tipo aditiva, es decir, por la sumatoria de unidades que se construyen en el tiempo. Esta línea de casas bajas, rodeadas de edificios en altura, materializan la línea de edificación en su totalidad al no dejar retiro en el frente.
La casa reformada es una típica construcción de principios del 1900, y que había sido vasta y desordenadamente intervenida en el transcurso de los años, no sólo mediante el agregado de ambientes a la estructura original, sino también mediante la superposición de materiales de revestimiento, en un afán desmedido por quererla convertir en lo que no es, y que inevitablemente, fueron sepultando la construcción original.
La intervención realizada consistió en un proceso de “decapado” de todo aquello que la alejaba de lo esencial. Una tarea de eliminación del excedente para llegar a la base de la casa original.
En función del criterio general, las intervenciones fueron de dos tipos:
- En los espacios existentes, consistieron en movimientos mínimos: extracción de cielorrasos que ocultaban los techos originales, pulido de aberturas, eliminación de todos los revestimientos, reubicación de algunas aberturas para proveer de buena iluminación y ventilación a los ambientes, entre otros.
- Demolición de tres ambientes y un contrapiso de 50cm de espesor que fueron agregados posteriores a la estructura original, para dar lugar al jardín y a la galería.
En la elección de los materiales y sistemas constructivos, intervino la decisión de reforzar la tradición de este tipo de viviendas y su pertenencia a una fachada urbana con identidad propia:
- Se construyó la galería, utilizando el mismo sistema tradicional de este tipo de viviendas: estructura de tirantillos de madera, sobre la cual se apoyan de cara los ladrillos comunes. Las vigas principales son los tirantes de pinotea rescatados de la propia demolición.
- En la elección de un único material de ladrillos comunes puestos de cara para la resolución de los pisos, se evidencia un esfuerzo en lograr continuidad con la génesis de la casa, en la puesta en valor precisamente de un material tradicional como el ladrillo rojo.
- Por último, en la elección del color de la pintura del frente de la casa, tuvo que ver la decisión de formar parte de la fachada urbana que conforma, no como contraste sino con el propósito de armonización con el entorno.
La refuncionalización de los espacios buscó dar respuesta a un programa mixto: dos locales comerciales sobre la fachada a la calle, y hacia atrás, un sector de quincho y patio verde como pulmón de ocio.
